jueves, 27 de agosto de 2009

Integración neuroinmune en la actividad cerebral: Modelo de comunicación psicoinmunológico I

Dr. Jorge Santiago


Tanto el sistema inmune como el nervioso son sistemas cognitivos interactivos y ajustan su sensibilidad a las interacciones con el entorno, el cual al ser reconocido activa y desencadena procesos de acción que no estaban predeterminados sino que dependen de la interacción momento a momento que se produce con el (entorno) ajustando su respuesta a las variaciones de este.


Por esta razón ambos sistemas presentan una gran plasticidad o variabilidad de actuación que no está predeterminada genéticamente.


Ambos sistemas también tienen en común el poseer memoria de largo plazo.


Información inmunológica también se codifica como información neural


El cerebro recibe las señales del sistema inmunológico transmitidas principalmente a través del nervio vago.


En este proceso las señales inmunológicas son transducidas en señales neurales que se propagan como potenciales de acción por vía axonal y dendrítica transmiéndose neuronalmente a través de las sinapsis.


Estableciéndose en redes neuronales de activación y de memoria. La señal inmunológica queda codificada entonces, como información neurológica.


Las señales inmunológicas que llegan al cerebro le informan que tipo de antígeno se trata, su origen ( bacteriano, viral, injerto o transplante, e inclusive antígeno tumoral), así también le informa como se está desarrollando la respuesta inmune, su magnitud y duración.


El sistema nervioso integra esta información en redes neuronales en la corteza cerebral a nivel prefrontal, parieto-temporooccipital y límbica, la ínsula, giro cingulado, el hipocampo, la amígdala, el hipotálamo en sus distintos núcleos, el tronco cerebral, el cerebelo, cada una de estas localizaciones con diferente nivel de complejidad de procesamiento y selectividad para las diferentes poblaciones inmunológicas.


Las señales inmunológicas que son convertidas en señales neurales son señales de identidad biológica, nuestro Yo Biológico . El sistema inmune en un proceso continuo reconoce la identidad de cada una de nuestras células y reconoce cuando esta identidad se encuentra en presencia de una identidad no propia.


Si la señal inmune se encuentra codificada como señal neural en el cerebro podemos llegar a la conclusión que permanentemente el sistema inmune ha estado informando sobre nuestra “historia de eventos inmunológicos” al cerebro y esta información se encuentra codificada en redes neurales de memoria de largo plazo las cuales sirven para que el cerebro pueda confrontar los nuevos desafíos antigénicos con los antiguos y actuar en consecuencia con mayor velocidad y efectividad.


En un proceso continuo el sistema nervioso central recibe información de la inmunidad, la procesa y envía la respuesta al sistema inmune modulando su actividad.


Codificada en redes neuronales, la información inmunológica es integrada a los eventos de procesamiento psicológico que se producen en el cerebro, tanto en lo cognitivo, como en lo emocional y conductual.


En los procesos de pensamiento y de imaginación el cerebro dispone de la información inmunológica.


Cuando hablamos de identidad psíquica o de nuestro Yo Psíquico, al tener también un sustrato neurológico, se encuentra codificada en redes neuronales. Creencias, valores, identidad cultural y social, historia personal, toda esta información es procesada por el mismo tipo de vías neuronales que procesan información inmunológica.


Integración Psicoinmunológica


Llegado a este punto podemos entender que nuestro Yo Biológico (Lo propio biológico) y nuestro Yo Psíquico (Lo propio psíquico) se encuentran codificados en el mismo sistema de información en redes neuronales y que el cerebro se encarga de fusionar y de integrar esta información en una Unidad Psicobiológica o Unidad Mente-Cuerpo.


A partir de esta comprensión podremos explicar como los pensamientos y las emociones influyen en la inmunidad. Y como los eventos inmunológicos influyen en la cognición, conductas y emociones.


Podremos comprender como eventos procesados en nuestro cerebro tienen su correspondiente correlato inmunológico y esto es recíproco.

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