jueves, 30 de julio de 2009

Estrés crónico e inmunidad


Dr. Jorge Santiago



Los principales estudios sobre estrés crónico e inmunidad han sido

realizados en la Universidad de Ohio por la psicóloga Janice Kiecolt-Glaser y el inmunólogo Ronald Glaser.


Ellos han trabajado principalmente con dos modelos experimentales de estrés crónico, personas que viven en discordia marital, y personas cuidadoras de enfermos crónicos incurables como la enfermedad de Alzheimer. Asimismo han evaluado la relación estrés crónico e inmunidad en otros modelos.


Entre los hallazgos que relacionan la inmunidad con el estrés crónico realizados por diferentes investigadores se encuentran los siguientes:


  • Aumento de susceptibilidad a infecciones respiratorias por virus de la influenza, rinovirus.


  • Aumento de la incidencia de Herpeszoster producida por la reactivación del virus varicela zoster debido a la inmunodepresión.


  • Disminución de la protección frente a la vacunación contra la Hepatitis B, Neumonía, Influenza (Gripe), Rubéola. Esto significa que los anticuerpos formados en respuesta a las vacunas señaladas pueden ser insuficientes para proteger a la persona de la infección. Estos descubrimientos tienen implicancias a nivel de la salud pública pues se trata de vacunas de aplicación masiva en la población y muchas personas que han sido vacunadas y que viven en estrés crónico pueden no estar protegidas.


  • Reactivación de virus latentes como el Citomegalovirus, Epstein-Barr y Herpes Simplex tipo 1 y 2.


  • Disminución de la respuesta inmune antitumoral y promoción de metástasis.


  • Disminución de la fase asintomática en personas infectadas con VIH.


  • Disminución de la cicatrización de las heridas.


  • Disminución de la inmunidad celular (defensa contra virus, bacterias, parásitos y tumores)


  • Predisposición a enfermedades alérgicas.


  • Predisposición a enfermedades autoinmunes.


  • Aumento de la producción de citoquinas proinflamatorias como la interleuquina 6, el aumento patológico de esta citoquina se ha estudiado que incrementa la predisposición a patologías como enfermedad cardiovascular, osteoporosis, artritis, diabetes tipo 2, leucemia linfocítica crónica.


  • Envejecimiento prematuro relacionado al acortamiento de los telómeros.


  • Alteraciones en el splicing del ARN.


  • Cambios epigenéticos relacionados a las histonas.

Sanders 2005

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